Colección Historia del Humor Gráfico. Número 3.
En este libro se intenta recoger lo que ha sido el humor gráfico en España, desde sus inicios más rudimentarios en los siglos XVIII y XIX, rastreando la huella en los periódicos y revistas satíricas.
Con el formidable avance de los sistemas de grabado, impresión y el desarrollo de las artes gráficas, en los siglos XIX y XX, el humorismo gráfico llega a su cénit y consigue excelentes obras, dignas de figurar con todo derecho en galerías y salas de exposición.
Pero en ese desarrollo expresivo y gráfico, el humor se consolida como una forma de comunicación social, exigiendo a los profesionales que lo cultivan un perfeccionamiento y profundización de los contenidos de sus mensajes. Tienen que saber sintetizar, en una o varias viñetas, una situación social, un conflicto o una opinión.
El humorista gráfico se convierte en un referente público. Es un portavoz de la opinión ciudadana y por tanto debe considerar mucho su postura. Lo que expresa con su nota humorística puede ser el reflejo de muchos compatriotas o el sentir de un sector del pueblo.